La importancia de una buena comunicación
La cultura familiar y el sistema de valores familiares son fundamentales para entender las dinámicas que sigue un sistema familiar. Van a estar presentes cuando llegue la hora de que la familia tenga que enfrentar una determinada situación problemática.
Se entiende la cultura como: «Un conjunto coherente de valores, creencias y normas que, a menudo de modo inconsciente, son compartidos e interiorizados como principios-guía de conducta personal por los miembros de la familia».
Cuando los miembros de la familia interactúan y se relacionan entre sí, lo hacen a través de unas pautas transaccionales inconscientes que van impregnadas de esa cultura familiar. De la forma en que se comunican y de la forma en que se relacionan va a depender cómo afrontan los conflictos. ¿Qué “historias” emergen cuando se «cuenta» este problema? El punto de partida es el principio de que “toda conducta es comunicación” (Watzlawick. P, 1983).
Hay familias en las que existen pactos de silencio, temas de los que no se habla, temas tabú, practican la “cultura del silencio”. Si tú construyes un muro alrededor de tus seres queridos estás queriendo decir algo, es una forma de comunicarse. El silencio por imposición, es una forma de comunicarse.
Es primordial lograr una comunicación clara donde todos los miembros de la familia puedan expresar lo que piensan, lo que sienten de una forma asertiva y sin dañar al resto. Todos necesitamos sentirnos aceptados, validados en el seno de la familia. Esto va a otorgarnos seguridad emocional, sentimientos de valía, autoestima…
Terapeutas familiares facilitan que se puedan llegar a acuerdos y soluciones enfocados en el bienestar familiar.